¿Alguna vez has visto un teléfono roto?
Un teléfono sin protección es como el blanco de una lluvia de balas: las posibilidades de que salga ileso son mínimas. Ponlo en el estuche correcto y conviértelo en un sobreviviente. ¡Solo un aficionado se arriesgaría a dejar su teléfono vulnerable!